Enjuagar la semilla elegida en agua oxigenada (2 cdas. x cada litro de agua) durante 15 a 20 minutos.
Descartar el agua y enjuagar varias veces las semillas.
Activarlas (remojarlas) al menos 7 hs (o durante toda la noche).
Escurrirlas desechando el agua de remojo y enjuagarlas varias veces.
Licuar las semillas remojadas con agua. Para esto, por cada taza de semillas remojadas, se utilizan aproximadamente 2 o 3 tazas de agua, dependiendo del sabor final que queramos lograr. En algunos casos como en el de las almendras o las castañas, puede diluirse la leche aún más. Es conveniente licuar primero las semillas con una taza de agua, así se muelen bien. Luego agregar el resto del agua y volver a licuar.
Pasar u “ordeñar” la leche a través de una bolsa de tela o lienzo de algodón. Esta parte del procedimiento es fundamental realizarla a conciencia, sin apuro. Se debe exprimir hasta la última gota de leche, ya que es la más nutritiva y sabrosa.
Se obtiene así la leche de la semilla elegida. Luego se la puede saborizar y endulzar a gusto. También se puede preparar un licuado, con alguna fruta y la leche de semillas.